Existen muchos mitos sobre el consumo de comidas picantes durante el embarazo, en cuanto a que le afecta al bebé y su desarrollo. Según la ginecóloga Lourdes Gutiérrez, “el chile no afecta al bebé, pero sí altera la función digestiva, con náuseas, reflujo y acidez; y consumir chile es aumentar más el malestar, no afecta al bebé directamente, pero sí la salud de la mamá”.
Si antes de estar embarazada, comer chile no afectaba en ninguna forma, es muy probable que tampoco lo haga con el bebé; sin embargo, puede aumentar el riesgo de provocar acidez estomacal o incrementar algunos malestares propios del embarazo.
“Hay personas que no tienen nada y el embarazo lo pasan tranquilo, aún comiendo chile; sin embargo, hay mujeres que ya tienen cierto padecimiento, que su consumo le puede afectar más”, agrega Gutiérrez.
También detalla que aún después del embarazo la madre puede quedar con algún daño provocado por el chile: “lo que sucede es que si hay un problema de reflujo y come chile, el problema se empeora y puede que después del embarazo quede más grave a consecuencia del consumo excesivo del chile”, dice la ginecóloga.
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La doctora explica que más que prohibir el chile, lo que definitivamente no se puede ingerir durante el embarazo es café, gaseosa, chocolate, fumar o estar cerca de alguien que fume, bebidas alcohólicas; evitar la exposición a rayos X, tóxicos y ejercicios extenuantes.
La recomendación es que siempre consulte a su médico sobre la adecuada alimentación durante el embarazo y si siente algún ardor, acidez, reflujo o náuseas lo mejor será alejarse de las comidas con exceso de chile, para evitar complicaciones en su salud.
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Mitos
Algunos de los mitos sobre el consumo de chile es que los bebés salen rosados, con la colita roja, son alérgicos y son más enojados.
Fuente: www.vidasana.sv